En algunos casos, se aprecia tensión
muscular generalizada o bien sólo a nivel de los órganos fono-articulatorios,
lo cual puede entorpecer el proceso de reeducación.
Daremos especial importancia en este caso a
los ejercicios de relajación buco-facial. ya que la rigidez en estos órganos
puede dificultar la correcta articulación. Será conveniente trabajar este
aspecto inmediatamente antes de comenzar con los ejercicios de praxias y los
ejercicios articulatorios, pues debemos facilitar al niño/a el tono que precise
para la agilidad del movimiento y, posteriormente, para facilitar una correcta
articulación.
El objetivo es: facilitar al alumno/a el
tono muscular adecuado en aquellos órganos que intervienen en la fonación.
Los ejercicios se pueden realizar mediante
dos técnicas o la combinación de ambas:
1. En la relajación pasiva es el
reeducador el que actúa, pasando los dedos de la mano por aquellas zonas que
nos interese relajar.
— El niño/a debe permanecer sentado y el
reeducador se sentará enfrente de él. Tocaremos de forma suave con las yemas de
los dedos, realizando pequeños círculos por cara, nariz y labios.
— El reeducador se colocará de pie detrás
del niño y le irá tocando el cuello de arriba a abajo suavemente, por ambos lados,
llegando hasta los hombros. Igualmente realizaremos el mismo ejercicio por la
parte delantera del cuello.
— Posteriormente, haremos girar de forma
lateral el Cuello del niño/a (primero actuaremos sobre el lado derecho y
después sobre el izquierdo) para realizar los mismos ejercicios anteriores,
pero incidiendo en el esternocleidomastoideo.
2. La relajación activa está basada
en la contraposición de tensión y relajación. Tensar los músculos hasta el
grado máximo à
sentir la sensación de tensión à relajación del músculo de forma gradual à sentir la sensación de relajación.
— Frente: Arrugar la frente. Sentir la
sensación de tensión por encima de las cejas y en el puente de la nariz.
Relajar poco a poco.
— Ojos: Cerrar fuertemente los dos ojos.
Notar la sensación de tensión por debajo de los párpados y en el interior y
exterior de cada ojo- Abrirlos ojos lentamente. Realizar el mismo ejercicio
anterior guiñando un solo ojo, primero el
derecho y posteriormente el izquierdo
— Nariz: Arrugar fuertemente la nariz.
Notar la sensación de tensión sobre todo en el puente de la nariz y los dos
orificios. Relajar gradualmente.
— Labios y mejillas: Realizar una .sonrisa
muy forzada. Notar la sensación de tensión los labios y ambas mejillas. Relajar
la cara muy lentamente, Apretar los labios fuertemente, proyectándolos hacia
fuera (“hacer morritos”). Notar la tensión en los labios y a cada lado de los
mismos. Relajar los labios poco a poco. Repetir el ejercido anterior proyectando
los labios primero a la derecha y luego a la izquierda.
— Lengua: Apretar la lengua fuertemente
contra el cielo de la boca. Notar la tensión dentro de la boca, en la lengua y
en los músculos que están debajo de la mandíbula. Dejar caer la lengua poco a
poco.
— Mandíbula: Apretar fuertemente los
dientes. Sentir la tensión en los músculos laterales de la cara y sienes.
Relajar la mandíbula de forma gradual.
— Cuello: Tensar fuertemente el cuello.
Notar que sientes la tensión en la «nuez» y en la parte posterior del mismo.
Relajar el cuello de forma gradual.
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